Jornada de la Vida

Hoy día hay muchas formas de llamar la atención. Unos salen a las calles sonando cacerolas, otros marchan con una cinta en la boca, otros marchan llevando algún objeto que de imagen a sus demandas, y otros más atrevidos se exhiben por las calles con muy poca ropa e incluso sin ella. Todos, con o sin ropa, pretenden tener una razón importante que comunicar y para ello llaman la atención. Es algo así como una campaña publicitaria, solo que más agresiva, pues se desbordan en las calles haciendo valer sus derechos sin importarles los derechos de otros.

Otra forma de llamar la atención es asaltando al individuo por todos los medios modernos, haciéndole resonar en una sola nota un mismo mensaje. Esta práctica, menos agresiva, se ha adoptado a nivel mundial. Efectivamente cuando las organizaciones de las naciones asignan un día para celebrar algo en todo el mundo, la víspera del día indicado y el mismo día, nos bombardean con mensajes mediáticos sobre el tema, entrevistas, noticias, argumentaciones y hasta escándalos. Hace algunos días hemos celebrado el día internacional de la mujer,  tenemos también el día Mundial del Síndrome de Down, día mundial del teatro, etc., bueno y hasta día mundial de la felicidad, que por cierto se celebra el veinte de marzo.

Pues bien, no quiero pasar por alto y en renglón aparte, el día mundial del agua, que se celebra el 22 de marzo, con la finalidad de educar a la población sobre la importancia del agua dulce. El primer día mundial del agua se celebró en el 1993. Desde esa fecha se celebra éste día organizando una fuerte campaña que abarca un decenio. El presente tiene como lema “el agua, fuente de vida”. Y ciertamente que a nadie hay que convencer de esa gran realidad, por favor, “ciérrale”, cuidemos el agua.

Todo lo anterior para señalar y subrayar, el Día Internacional del niño por nacer, o Día de la Vida; una celebración que se lleva a cabo en muchos países, siendo el Salvador en 1993, el primero en definirse a favor de este derecho no negociable, y lo hace precisamente definiéndolo como el “Día del derecho a Nacer”. Años después, en 1998, lo hará Argentina, llamándolo “Día del niño por Nacer”. Después también los legisladores en el país de Chile, donde le asignan el nombre de “Día del Niño concebido y no Nacido”, lo hará también el congreso de Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, Uruguay, Perú y República Dominicana, todos considerando "apropiado y necesario consignar un día al Niño por Nacer, con la finalidad de propiciar la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno", como lo afirma en su decreto de aprobación la Republica Dominicana.

Muchos otros países están en vías de conciliación entre las diversas posturas que circundan el tema, en mucho se ha politizado, en otros, con un mayor valor moral se continua dando seguimiento a la propuesta de establecer el 25 de marzo como el Día de la Vida, tal es el caso de Brasil, Bolivia, Austria, Eslovaquia, donde grupos promotores y defensores de la vida ya han hecho llegar a sus respectivos congresos o parlamentos solicitando el reconocimiento oficial de éste día.

La fecha del 25 de marzo se ha escogido por ser el día en que los cristianos (católicos por supuesto, que suman en nuestro país más de 99 millones), celebran la fiesta de la Anunciación, es decir cuando Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. No obstante el alto porcentaje de católicos México parece que mientras los ciudadanos  aclaman el reinado de Santa María de Guadalupe, los gobernantes siguen “formulismos de viejos laicismos” que les impiden ver con claridad el bien mejor para sus compatriotas. Cuando hemos de terminar de entender que ahí donde no hay lugar para Dios, tampoco hay lugar para el hombre!!

La Iglesia católica en México celebrará como cada  año el "Día de la Vida concebida en el seno materno", instituida por los obispos mexicanos, también en el marco de la solemnidad del misterio de la Encarnación. Ojalá que en éste día se vaya logrando que ciudadanos y gobernantes se manifiestan, de una manera positiva y pacífica, a favor de la vida y para promover el desarrollo de una cultura social que asegure la promoción de la dignidad humana en todas sus etapas de su existencia. Es una campaña o positiva protesta, por la cual se reivindica además, que se defina y defienda al embrión como individuo de la especie humana y por ello con el mismo derecho al respeto de su vida y su dignidad que los ya nacidos.